Nos enfrentábamos a un equipo
teóricamente fácil y por tanto fuimos excesivamente confiados y, como siempre
nos suele pasar, el equipo rival nos comió la tostada. Esta vez no tuvimos tan
mala suerte y pudimos adelantarnos con dos cero a favor, pero haciendo un juego
bastante malo y sufriendo mucho. El
primero salió de las botas de Marcos tras aprovechar el rebote de una falta y
el segundo de Pablo que definió bien un mano a mano con el portero.
El gol de la encina llegó por un
fallo puntual de Carmelo, a quien no se le puede decir nada pues todos nos
equivocamos, pero en él se ve más al ser el último jugador y eso que participa y salva continuamente al
equipo.
Llegamos al descanso sufriendo y queriendo despertar
del sueño, ya que no podíamos reaccionar. En el segundo tiempo salimos algo más
centrados pero aún muy lejos de aquel buen juego que hicimos dos días antes
ante el Castro Verde. A medioados de este tiempo, el delantero de la encina
aprovechó un rechace en el área para empatar. Los nervios nos invadían
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